Siria hoy
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a situación
actual de Siria no es diferente a la del inicio del conflicto, porque la
oposición del CNS (Consejo Nacional Sirio) y el gobierno no pueden modificar el
mapa del poder. Ambas partes reciben ayuda desde el exterior, mientras la
oposición goza del apoyo de varios países árabes y de Occidente, el régimen
sirio es apoyado, ante todo, por Irán,
que es a su vez sostenido internacionalmente por Moscú y Pekín. Mientras tanto
el pueblo, la gran victima de esta guerra solapada, es como siempre afirmamos
quien pone los muertos en estas guerras
inter burguesas, porque nada indica aún que esta sea, como dicen algunos, una
guerra revolucionaria, más bien es todo lo contrario.
La crisis
internacional y la necesidad de hacerse de nuevos países petroleros como Siria
o Irán agudizan la lucha interna, pero nadie parece estar dispuesto a iniciar
una intervención militar en Siria sin la respectiva resolución del Consejo de
Seguridad de la ONU. De lo contrario EEUU y la Unión Europea, principalmente
deberían pagar con los costos políticos de dicha acción, pero principalmente
con las consecuencias que esta tendría respecto a los aliados del régimen.
Los estados
Unidos hacen declaraciones contra el régimen, pero están muy lejos de
involucrarse en una invasión. Quieren que sean los Estados Árabes los que
traten de derrocar al gobierno alauita,
pero estos sólo pudieron reprimir a los chiitas en Bahréin, ya que carecen de
experiencia y poder para hacer un ataque frontal contra el poderío militar de
Siria.
Está claro que
la apuesta más fuerte es al desgaste del ejército sirio para hacer posible el
derrocamiento del gobierno de Bashar al Assad. Aunque algunos apostaron también
a que el régimen de Ankara invada a Siria, es sabido que su propio frente
interno con los kurdos en Turquía, como así también en Irak, los hizo cambiar
de idea. El ingreso de Turquía en el conflicto sirio podría agudizar el ya
existente en el interior de su territorio, y en Irak, con el pueblo kurdo y su
intención de independizarse de estos dos países, creando un nuevo Estado en la
zona.
Hacer que todo
cambie para que nada cambie, la apuesta es bien clara no hay revolución en
Siria, como no la hubo en Libia, como no hay ninguna revolución producto de “la
primavera Árabe”, por que inmediatamente los burgueses ahogaron los reclamos
populares con regímenes burgueses apoyados por el fundamentalismo islámico,
principalmente de los Hermanos Musulmanes. El poder prefiere siempre los
gobiernos confesionales de derecha a los gobiernos populares o el gobierno que
pueda surgir del desarrollo independiente de los pueblos. La lucha en el norte
de África no está terminada, en Siria tampoco. Pero, lamentablemente, tampoco
no se vislumbra ningún horizonte revolucionario.
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