Oportunistas,
alcahuetes y la necesidad de protagonizar una salida desde las bases.
“Las burguesías
autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo, si es
que alguna vez la tuvieron, y solo forman su furgón de cola. No hay mas cambio
que hacer o Revolución socialista o caricatura de revolución”.
Ernesto
Che Guevara.
Calle sin
salida.
N
|
os
resulta importante iniciar el análisis con esta afirmación ya que marca a las
claras la encerrona del modelo kirchnerista para el capitalismo local. Más allá
de la crisis internacional que, como desarrollamos en el número anterior,
lógicamente afecta la económica local, el modelo implementado en los últimos 10
años no transformó sustancialmente la matriz productiva. Esto genera una
plataforma débil frente a una crisis cíclica del capitalismo que lógicamente
repercute en la vida de los trabajadores. Lo que aquí esta en cuestión es
cuáles son las causas de la crisis en argentina, ¿es la crisis internacional,
es el modelo o son ambas? El kirchnerismo en estos años trata de desmarcarse de
la asociación que puedan hacerle con el socialismo del siglo 21 de Venezuela,
pero al mismo tiempo de las políticas neoliberales implementadas en todo el
mundo y que hoy tiene en velo a toda la Unión Europea. ¿pero cual es su
posición? La propuesta del capitalismo serio de CFK, un capitalismo de consumo
y producción con una fuerte intervención del Estado como regulador del
mercado de los sectores estratégicos de
la economía tiene poco de nuevo, ¿pero tiene algo de real? La burguesía local
hace honor a la afirmación del Che, generación tras generación, por su carácter
parasito, oportunista y para nada desarrollista. Mas allá de que quienes
manejan los hilos de la economía argentina son grandes trasnacionales, en casi
todos los rubros como lo hemos expuesto en anteriores números, lo cierto es que
la burguesía local lo único que hace es asociarse a estos capitales extranjeros,
buscar la rentabilidad rápidamente y de ser posible fugar las ganancias al
exterior. Por esto el grito en el cielo a las restricción en la compra y fuga
de dólares, por esto el vuelco masivo de inversiones desde mediados de los 90 a
la fecha a la soja, etc. etc.
Frente
a este escenario de crisis internacional y las contracciones internas que sufre
la economía local todos hacen los deberes para que la crisis no toque las
ganancias de empresarios industriales y agrarios. En el marco de la situación que mas adelante describiremos de la
dirigencia gremial, debemos sumarle que los industriales ya comenzaron a
realizar cesantías, adelantos de vacaciones y otras medidas en algunas fábricas
como en el sector automotriz de Córdoba. La presión en las paritarias para
mantener la tasa de ganancia evitando mayores costos de producción, lo que
lógicamente genera una depresión del poder adquisitivo de los trabajadores fue
la regla que marco las ultimas paritarias en casi todos los sectores. Esto a su
vez puede traer consecuencias secundarias como la baja del consumo interno lo
que agudiza la crisis de superproducción del capitalismo. El gobierno en este
sentido intenta tibias medidas contra cíclicas como el plan ProCreAr a fin de
promocionar el consumo interno y palear mínimamente el déficit habitacional
existente. Por otro lado las patronales
del campo ya pegaron el grito en el cielo cuando intentaron revaluar las
tierras en la provincia de Buenos Aires y ven con buenos ojos el alza de los
precios de las materias primas, principalmente maíz y soja, debido en buena
parte a la sequia sufridas en EEUU. Esto último es el colchón económico con el
que cuenta el gobierno nacional para cumplir con los bonos de la deuda que
vencen en 2013. Una lógica perversa en la que el gobierno legitima una deuda
que el pueblo no contrajo ni se vio beneficiado, y la paga con recursos no
renovables como es el uso indiscriminado de la tierra, favoreciendo la
contaminación del suelo y poblaciones enteras, la migración del campo a la
ciudad y la concentración del mercado en la empresa biotecnológica mas
importante del mundo: Monsanto, con un bajísimo nivel de desarrollo de la
estructura económico-productiva del país abiertamente dependiente de las
divisas que genera este sector.
Movimiento de fichas en un escenario de crisis.
En
estos meses se vieron signos que dan muestra de esto. Por un lado la crisis
económica que viven las provincias, que encuentran como única salida la emisión
de deuda, generando mayor dependencia de los organismos internacionales de
crédito, y por otro el ajuste directo o indirecto ya sea achicando el
presupuesto, promocionando jubilaciones, recortando horas extras y
compensaciones o, como se intento en la provincia de Buenos Aires, pagando en
cuotas el aguinaldo.
A
esto debemos sumarle la atomización de las centrales obreras que, si bien están
en manos de la burocracia adicta a los intereses patronales, debilitan la
capacidad de negociación de los trabajadores. Debemos aprender de lo que sucede
en otros países, en las que existen varias centrales obreras. Sobre todo si la
división se da no por diferencias que remitan directamente a los intereses de
la clase, sino pura y exclusivamente mezquindades personales y políticas. Un
claro ejemplo de esto es el gatopardismo político de Moyano, hombre al que
señalábamos en el número anterior respecto a la movilización del 28 de junio.
Por mas que diga ser vocero de los intereses de los trabajadores en el fondo no
es más que un oportunista que toma reclamos de la clase para legitimar su
posición. Su mezquindad no le permite siquiera asumir una postura de carácter
populista que abra un arco de alianzas mayor, por el contrario, se acerca a los
sectores más rancios de la sociedad como plataforma para atacar al gobierno
nacional. No podemos olvidar que era Moyano el enemigo publico numero uno de su
hoy aliado Clarín, cuando era funcional
al kirchnerismo, en el momento que dispuso de los camiones para bloquear la
planta del Techint en el conflicto que esta empresa tenia con el Estado Nacional.
Sin embargo, en la interna de la CGT, Moyano podría haber asumido una posición
mucho más dura, y en vez de salir a reclamar en contra del impuesto al salario,
poner en la agenda las cesantías, el trabajo precario o la persecución a
activistas obreros, temas latentes en la realidad de los trabajadores. Su
postura es la de un burócrata que no sabe como acumular poder si soltarle la
mano a sectores abiertamente enemigos del pueblo. ¿Qué diferente hubiese sido
si Moyano sembrara la contradicción en hombres como Martínez de la UOCRA que
conducen el gremio con mayor nivel de precarización laboral, o Rodríguez de
UPCN que firman paritarias con recomposiciones laborales por debajo de la
inflación y no hacen mención que el Estado es el patrón con más trabajadores en
condiciones precarias, o directamente denunciar la situación de la UOM de Calo
donde los trabajadores son perseguidos por las patotas del dirigente de la CGT Balcarce?
Ninguna de estas consignas son levantadas, por un burócrata que supo ganarse la
simpatía de un sector de nuestra clase producto de las conquistas alcanzadas y
que hoy esta venido a menos por su posición claramente pro patronal. Lo que
queda claro es que la pelea con los otros gremios tiene que ver con la tajada
que se pueda hacer desde estos sillones y no las diferencias a la hora de
defender los intereses de los trabajadores ya que las practicas son igual de
corruptas, oportunistas y anti obreras.
Pero
parece que no es sólo Moyano quien intenta ubicarse en este escenario. La CTA
de Micheli hace lo propio de la mano del FAP. Luego de las elecciones del año
pasado este frente fue quizá el más favorecido de la oposición, con un arco de
alianzas grande, con un trabajo gremial en los sectores estatales y algunos
gremios fabriles, junto al trabajo barrial que venia acumulando organizaciones
como Barrios de Pie. El frente liderado por Binner intenta ubicarse como la
oposición progresista al gobierno. La gran dificultad que tiene es, por un lado
que salvo en Santa Fe no son gobierno en ningún lado, con lo cual sólo tienen
una ubicación en el legislativo y como oposición en la calle y, por el otro,
que sus dirigentes gremiales no son justamente compañeros combativos y
representativos en sus lugares naturales, mas bien todo lo contrario. Ejemplo
de esto es lo que sucede con Ate y el armado detrás de Oscar
de Isasi quien mas allá de una retorica combativa no han logrado
elevar los niveles de discusión y organización en el seno de los trabajadores
estatales, el gremio esta sumamente dividido, las movilizaciones lejos están de
ser numerosas como las de antes y, en muchos casos, hay niveles de
desafiliación importante. Esto se debe a
que los trabajadores estatales no comen vidrio, y se dan cuenta que el gremio
esta siendo utilizado como plataforma para golpear al gobierno nacional, para
ubicarse en futuras elecciones y no como herramienta propia de los
trabajadores.
Banderas de
oportunismo.
Aquí
situamos el paro convocado para el 10 de octubre. Una pobre movilización que
puso en debate a un conjunto importante de activistas clasistas que se dirimían
en asambleas y plenarios sobre que hacer ante esta convocatoria ya que todas
las consignas son legitimas. Es mas, en muchos casos respondían aquella critica
que se le hacia a Moyano en el paro de junio en la que la consigna más
importante era el impuesto al salario y no lo miserable del salario mínimo, la
ley antiterrorista o la precarización laboral. Esto puso en situación a muchos
compañeros, consignas legítimas convocadas por dirigentes burócratas o abiertamente
pro patronales como el caso de Buzzi de la Federación Agraria. Pero también lo
que quedo claro, una vez mas, es la debilidad de nuestras construcciones que
frente a un burócrata de la talla de Micheli nos pone en situación cuando
intenta apropiarse de nuestra lucha y somos nosotros los que carecemos de una
alternativa que sea de y para los trabajadores, logrando así ser la clase quien
pone en situación a los burócratas.
Mención aparte
merece el “sindicalismo olfa”
Yasky
y Calo formaron el frente de la vergüenza obrera y popular. Su alianza a como
de lugar con el gobierno nacional los arrincono en un lugar del que no sabemos
como van a hacer para salir sin ser despreciados por una parte importante de la
clase. Mas allá de que apoyen al modelo kirchnerista con todas las
justificaciones posibles, lo que es repugnante es como acatan resoluciones
abiertamente anti populares sin siquiera cuestionar o pronunciar objeción. El
caso del salario mínimo vital y móvil es un claro ejemplo de esto. Claro esta
que en la mesa tripartita de Estado, empresarios y dirigentes gremiales, cada
cual busca defender sus intereses, al menos desde lo formal. No obstante lo que
queda claro es que los únicos intereses que se defienden son los empresariales,
y tanto el Estado como los dirigentes gremiales tratan de disfrazar esta
realidad como un gran logro de la movilidad social post 2003, cuando en
realidad lo que se pactan son sueldos de hambre ante una patronal que la viene
“juntando en pala”. De esto Yasky no ha dicho, ni va a decir nada con tal de
mantener la alianza con el gobierno que le garantice mantener SU amorfa y débil
CTA.
Lo
de Calo va en la misma dirección, con aliados como Daer, Martínez o Rodríguez
nada tienen para ofrecer a los trabajadores. Son esos empresarios gremiales que
lo único que han logrado fue asegurar el vaciamiento de la industria nacional,
la conformación de una inmensa masa de trabajadores en la calle como ejercito
de reserva de la burguesía, y la burocratización de un Estado que ni siquiera
puede garantizar los derechos básicos de Educación, Salud y Transporte, entre
tantos otros, para el conjunto del pueblo. El discurso anti menemista del
kirchnerismo hace agua por los cuatro costados, y se olvidan que para
implementar el plan feroz contra el conjunto del pueblo desde Martínez de Oz a
la fecha fue necesario una casta burocrática que oficie de comisarios gremiales
de los intereses de la burguesía. Comisarios que hoy son abiertamente aliados
del kirchnerismo.
Una oposición a
pedir a la carta.
Seguimos
teniendo una crisis de representatividad que tuvo su punto más alto en la
crisis político-económico-institucional del 2001. La alternativa del
kirchnerismo, con todas sus variables y reciclajes no encuentra un recambio por
fuera de Cristina. Aquel lema de “bajaste un cuadro para formar miles” es un
enunciado vacío de contenido. En 10 años no han podido generar una nueva
representatividad que realmente sea afín a los intereses populares, que dicen
defender. Desde la alianza con los varones del conurbano, los feudos de los
caudillos provinciales o la mesa con la vieja y rancia burocracia sindical son
algunos ejemplos de esto. Esa nueva política de “nueva” no tiene nada y ahí
esta la madre de la subjetividad reinante. Por esto que ahora salen a ventilar
la idea de la re-relección ante una oposición también débil desde lo político
pero que logra arrinconar en el debate de estos temas a un gobierno que no
tiene ni un año de mandato.
Por
el lado de la oposición la fragmentación es aun mayor, la incapacidad de
generar una propuesta que aglutine al sector, que catalice sus necesidad mas
allá de una alianza coyuntural de cara a las elecciones es una realidad que
vienen arrastrando hace tiempo. Quizá el caso mas paradigmático es el que vive
el Partido Radical, que desde hace años tiene serias contradicciones internas,
con sectores mas progresistas, sobre todo ligados a la juventud, pero sus
dirigentes históricos péndula entre alianzas con el PRO y el FAP. Lo que es inobjetable es que ante esta
oposición patronal es a pedir del kirchnerismo. Así como para el 45 el ingenio
popular cambio la consigna del “gobierno a la corte” levantada por socialista y
radicales, y la renombro por “gobierno a la carta” haciendo clara alusión que
lo que se buscaba era un gobierno a pedido de terratenientes y banqueros, en
este caso lo que tenemos es una oposición a la carta del kirchnerismo. El
gobierno nacional trata con bastante astucia los traspiés de la oposición, los
ubica en el imaginario colectivo como la derecha, pero también es verdad que así
como sucediera con Perón y el anti peronismo, el antikirchnerismo en muchos
casos fortalece más al gobierno nacional que las propias virtudes de este
último.
Lo que esta claro.
En este contexto hay
algo que no se puede dudar, ni unos ni otros representan ni representaran
legítimamente nuestros intereses. También esta claro que tenemos una debilidad,
que es nuestra, en términos de conciencia, organización y propuesta política
con legitimidad en las masas. Por esto se hace imprescindible seguir trabajando
en la unidad de acción, en la humildad y paciencia a la hora de trabar
relaciones y trabajos concretos en el seno del pueblo. Tenemos la necesidad de
profundizar una agenda común entre los compañeros clasistas, entre quienes
realizamos honestamente un trabajo diario en nuestros frentes naturales, para
desde allí, desde las bases, romper con falsos antagonismos y protagonizar una
salida propia.
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