Historia de nuestra clase:
La caída de la dirección del P.R.T.
El lunes 19
de julio de 1976, a
las 15:00 horas, aproximadamente, un grupo militar irrumpió en el departamento
B, del segundo piso de una casa en la calle Venezuela 3145 de Villa Martelli.
Caen en combate Benito Urteaga, Fernando Gertel, Ana Lanzilloto, Liliana
Delfino y Roberto Santucho miembros de la dirección del Partido Revolucionario
de los Trabajadores.
Hoy, cuando
nos movilizamos contra el mismo régimen de explotación, que el PRT enfrentó, debemos recuperar la
memoria histórica y la búsqueda de la verdad, porque las actuales generaciones
de trabajadores, estudiantes, campesinos, obreros e intelectuales tienen que
construir un puente con este glorioso pasado. Levantando las banderas
revolucionarias, corrigiendo errores e impulsando un fuerte movimiento unitario
con el fin necesario de tomar el poder.
No
homenajeamos a los hombres y mujeres del PRT, recordamos y defendemos sus
ideales y su decisión de organización y combate. Decisión política que llevó a
nuestros compañeros hasta el límite defendiendo la Revolución Socialista
como único camino para ser libres.
Su lucha
permanente contra los dueños del poder y sus aliados marcaron un camino.
Ruta indeleble que indefectiblemente nos
llevará al triunfo revolucionario. Llevando la ideología marxista-leninista
como un método y no como letra muerta, tomando la práctica del Che, el ejemplo
de Vietnam, Cuba, Nicaragua, etc. La unidad de los revolucionarios era y es una
necesidad fundamental, y esta era una práctica constante del PRT.
A lo largo
de su historia participó e impulsó diferentes espacios de unidad. Abrazando las
ideas del internacionalismo proletario, que muy bien nos enseño el Comandante
Guevara, para romper las barreras fronterizas que nos impone la burguesía
militó en la Junta
Coordinadora Revolucionaria, relacionándose con partidos de
Uruguay: Tupamaros, Chile: MIR, Bolivia: ELN, que formaban parte de las guerras
de liberación en América y el mundo. A su vez, en el plano local, el PRT se
esforzó por mejorar las relaciones
políticas con otras organizaciones en argentina: PC, Montoneros, FAR, FAP,
OCPO, entre tantas otras. La norma fue trabajar rompiendo las barreras del
sectarismo para unificar posiciones de acción común entre las diversas
tendencias políticas.
Asimismo,
entendió que la lucha de clases es la lucha de masas, y que no existe
vanguardia revolucionaria sin inserción real en el pueblo trabajador. Su
participación activa en las distintas puebladas y conflictos de la década del
60 y 70 dan muestra de ello: Cordobazo, vivorazo, Rosariazo, Villazo,
Rodrigazo, etc. Frente a la necesidad de la inserción en el seno de la clase
trabajadora, estableció sólidos vínculos con destacados militantes políticos y
sindicales que no justamente pertenecían a la organización como Raimundo
Ongaro, Armando Jaime, René Salamanca, Mariano Pujadas y sobre todo con Agustín
Tosco, junto al trabajo cotidiano de los cientos de activistas y delegados
miembros de la organización. Fomentó la creación del Movimiento Sindical de
Base –MSB- como una expresión propia de
los trabajadores, y el FAS –Frente Anticapitalista por el Socialismo, como un
espacio amplio que unificara las voluntades de las miles organizaciones que se
subían al tren de la
Revolución.
Por ultimo
la construcción de un partido de cuadros necesito la formación de una escuela
donde poder formar a los compañeros para que asimilen científicamente la teoría
revolucionaria. Pero, como dijimos mas arriba, la teoría guevarista no es letra
muerta, sino que es la teoría de la praxis, y es en esa practica que se fueron
agudizando las contradicciones entre el campo popular y los dueños del poder.
Por esto que, consecuentemente con sus posiciones revolucionarias, forjó un
ejército del pueblo: ERP, formado por compañeros concientes que dejaron su vida
por la defensa de los intereses de nuestra clase.
Unidad en
la lucha fue y es la manera de llegar a las más amplias masas llevando las
ideas de la Revolución.
Hoy que se
avivan viejos discursos populistas, de equidad, desarrollo y justicia social,
no son más que viejas mentiras que una y otra vez nos quieren hacer creer. Como
planteaba el PRT la burguesía local en su
conjunto es incapaz de luchar por la liquidación de los padecimientos de
nuestra patria. El peronismo, ayer como hoy, es la expresión de la burguesía nativa y la
alianza de clases. Sostener la teoría de que será este sector privilegiado,
aliado y socio del imperialismo, quien guiará la suerte de nuestro pueblo es
una mentira que el kirchnerismo y sus aliados que quieren hacernos tragar,
eliminando la posibilidad de la construcción independiente del pueblo, la
teoría revolucionaria y la necesidad de la toma del poder.
Mario
Roberto Santucho, secretario general del PRT-ERP, siempre estuvo lejos del
oportunismo, del sectarismo, nunca rehuyó la lucha política, la discusión
fraterna, defendió el compañerismo, la humildad como doctrina y la construcción
del partido de cuadros y de combate. De esta manera forjó, a nuestro entender,
la mayor experiencia revolucionaria en la argentina.