Rodolfo Walsh “el periodismo o es
libre, o es una farsa”
Decidimos publicar
una nota biográfica del compañero que, mas allá de las diferencias políticas,
hizo del periodismo un arte de liberación. Hoy que tanto se habla sobre la
influencia de los medios en la subjetividad de nuestra clase, repasar el
accionar de compañeros como Walsh nos parece indispensable para refrescar lo
oportuno, corregir los errores y avanzar en la batalla ideológica contra el
capital.
1.
La
infancia.
Dora Gil y
Eduardo Walsh se miraron, trataron de buscar una solución honrosa, una salida
viable para sus tres críos. En Lamarque, Río Negro, la crisis económica los apremiaba.
Finalmente, decidieron “repartir” a sus hijos: dos fueron con sus abuelos y
uno, Rodolfo, al Instituto Fahy, en Capilla del Señor. Allí, en ese colegio
irlandés para huérfanos y pobres, el muchacho estuvo un tiempo hasta que lo
trasladaron a una sede de la institución en Moreno, Buenos Aires. Ese escenario
que asimilaba a través de sus grandes anteojos le sirvió para escribir algunos
de sus cuentos. Es que el lugar era como un gigantesco monasterio, con sótano,
y celadores estrictos. Tal vez desde esa miserable niñez ya soñaba con su
Pulitzer, que de todos modos, nunca llegó.
De joven,
la miseria le siguió los pasos. Cursaba el profesorado de Letras en la Facultad de Humanidades
de La Plata sin
un cobre en el bolsillo pero con las pretensiones calientes. En esa escasez,
cada tanto acompañaba a su novia a la casa y fingían que se despedían ante la
mirada de los padres. Pero lo que en realidad sucedía era que Elina pasaba por
la cocina, armaba un sándwich, subía a la planta alta de la casa y desde su cuarto,
envuelta y atada, la cena de Rodolfo, llegaba a sus manos ateridas que
esperaban expectantes en la vereda.
2.
Su apoyo a la Revolución Libertadora.
De a poco irá dando sus
pasos en la política local. Participó en la Alianza Libertadora
Nacionalista, y claro que apoyó el golpe de septiembre del ´55. Incluso
escribió un artículo bastante pomposo, en homenaje a tres hombres de la
aviación naval caídos en combate. “Cuando
se escriba la historia de la revolución de setiembre, la base aeronaval
Comandante Espora ocupará un lugar destacado. Se comprobará entonces que el
papel de la aviación naval en el sur de la provincia de Buenos Aires fue tan
decisivo como la acción del ejército y la aeronáutica en Córdoba y Mendoza, o
la presencia de la flota en el Río de la Plata”, escribió. Sin embargo y a pesar de la
carga heroica que reposa en estos pilotos de la revolución, la nota fue vetada
por la Marina.
3.
La vuelta
de página.
“Sobre los cuerpos tendidos en el basural, a
la luz de los faroles donde hierve el humo acre de pólvora, flotan algunos
gemidos. Un nuevo crepitar de balazos parece concluir con ellos. Peor de pronto
Livraga, que sigue inmóvil e inadvertido en el lugar en que cayó, escucha la
voz desgarradora de su amigo Rodríguez, que dice:
-¡Mátenme! ¡No me dejen así! ¡Mátenme! Y
ahora sí, tienen piedad de él y lo ultiman”
Los
episodios de José León Suárez cambiaron radicalmente su postura sobre tal
revolución. Era allá por el ´56, entre cafés varios y juegos de ajedrez, cuando
la historia le cae de sorpresa. “El fusilado que vive”, cambió la vida de
Rodolfo Walsh y la de toda su familia. En esa época su casa era una escuela
para niños con problemas de vista, su esposa era la directora de la
institución, por lo que le permitieron vivir en las habitaciones del primer
piso. El lugar era una estructura típica de fines del siglo XIX, un caserón
amplío, luminoso y frío. En aquellos años posteriores a Operación Masacre
comenzó la persecución. Todavía reinaba la Libertadora. Es
así que anduvo de aquí para allá, viviendo de prestado en casa de amigos por
Merlo y Tigre. Para esta altura, ya se había separado de su mujer.
En esta
forma de trabajar Walsh encontró la práctica de un periodismo testimonial, de
denuncia. “Cuando escribí esta historia,
yo tenía treinta años. Hacía diez que estaba en el periodismo. De golpe me
pareció comprender que todo lo que había hecho antes no tenía nada que ver con
una cierta idea del periodismo que me había ido forjando, y que esto sí –esa
búsqueda a todo riesgo, ese testimonio de lo más escondido y doloroso-, tenía
que ver, encajaba en esa idea”, reflexionó. Y parado desde esa conclusión,
se lanzó tras otra historia oculta de la Fusiladora, la del caso Satanowsky. Sin embargo,
el resultado fue el mismo: “los muertos,
bien muertos; y los asesinos, probados, pero sueltos”. Claro que las
persecuciones y amenazas estuvieron presentes, pero las convicciones de Walsh
no conocían la capitulación, él sostenía que “el periodismo o es libre, o es una farsa”. La dictadura gorila iba
llegando a su fin.
4.
“El sistema
no encarcela a sus hombres: los premia. No encarcela a sus verdugos: los
mantiene. Y Augusto Vandor es un hombre del sistema”.
Más
curtido, más enojado y sobre todo escéptico ante esa imagen de justicia que se
vende siempre, encaró el famoso tiroteo en la confitería Real de Avellaneda.
Estaba en su casa, con su compañera de entonces, Lilia Ferreira, cuando se
enteran de la noticia: Rosendo García había muerto. Ante la revelación del
croquis que ve en el diario, recrea el acto en su departamento con Lilia en el
piso y un hilo que él sostenía parado en el supuesto ángulo de tiro.
Siguió la línea que sus instintos le marcaban y dio cuenta de la
infección que comenzaba a comer al sindicalismo. Su libro ¿Quién mato a Rosendo?, desentraña el manejo de los jerarcas
sindicales, el entreguismo y la forma en que se “deshacían” de los obreros
combativos y potenciales opositores. Así, una vez más queda a las claras, que
las actuales “patotas sindicales” no son para nada novedosas ni originales. Los
métodos se heredan en todos los campos.
5.
Sus primeros pasos en la
militancia política.
"Todos los poderosos se
van a unir contra nosotros. Es posible que intenten la formación de otro
cuerpo. Es posible que vayan a los ministerios para decir que este Congreso es
nulo. Tal vez no tengamos edificio, tal vez no tengamos personería, tal vez no
tengamos esta poca libertad con que lo estamos desafiando todo… Pero este
Secretariado y este Consejo Directivo, a la luz o en la clandestinidad, son las
únicas y legítimas autoridades de la
CGT, hasta que podamos reconquistar la libertad y la justicia
social y que le sea devuelto al pueblo el ejercicio del poder"
Lo citado
anteriormente es el prólogo de la
CGT de los argentinos. Allí se siente claramente la decisión
y la firmeza de sus ideas. Para principios de los ´60 estaban en formación
incipientes organizaciones guerrilleras, aunque el periodista todavía no había
decidido la vía armada. Tal vez fueron sus hijas, Victoria y Patricia, que de
manera burlona le dijeron que “se dejará de joder con la literatura”, y hayan
hecho cambiar de parecer a su padre. Ambas ya militaban.
Comenzó en las FAP (Fuerzas
Armadas Peronistas) y luego ingresó a
Montoneros en los ’70 como jefe de inteligencia. Desde su cargo planificó
diversas acciones militares pero desde 1974 cuestionaba muchas de las
decisiones de la conducción nacional de Montoneros, aunque permanecía en la
organización que él avizoraba que se hundía irremediablemente. Escribió un
documento en donde detalla las falencias de la organización: “Nuestras formas
organizativas deben ser la organización o el Partido Montonero -que incluye a
todo lo que genéricamente llamamos fuerza propia- y el
Movimiento Peronista. Eso es lo que existe y a partir de ahí debemos construir.
De otro modo invertimos enormes esfuerzos poniendo todo el Partido a la tarea
de inventar el Movimiento Montonero, que no tendrá existencia real”. Además
crítica el accionar y la falta de autocrítica por parte de la conducción
nacional, sigue escribiendo: “Decidimos el fracaso total de los planes del
enemigo y seguimos subestimándolo. Esto es muy grave y pensamos que en el fondo
obedece a la incomprensión sobre nuestra propia historia”.
6.
Cadena Informativa, ANCLA y
el golpe del ´76.
“CADENA
INFORMATIVA es uno de los instrumentos que está creando el pueblo argentino
para romper el bloqueo de la información. CADENA INFORMATIVA PUEDE SER USTED
MISMO, un instrumento para que usted se libere del terror y libere a otros del
terror. Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su
alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo. Mande copias a sus amigos: nueve de
cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El Terror se basa en la
incomunicación. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad.
DERROTE AL TERROR. HAGA CIRCULAR ESTA INFORMACIÓN”
Tanto
Cadena Informativa y la
Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA), representan una
interesante experiencia de difusión popular. Se desarrollaron en una dictadura
qué sólo podía darse legitimidad con la más extrema violencia y con una férrea
censura a la prensa. Esto último fue uno de los primeros objetivos a concretar
por la Junta Militar.
El 24 de marzo de 1976 el bando número 19 de la Junta anunció que se
recluiría por diez años “al que por
cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o
imágenes con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar la actividad
de las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales”. También se dictaron
decretos específicos para sacar de circulación a la prensa política. Así
desaparecieron: Nuevo Hombre, Nuestra Palabra, Tribuna Popular, La Yesca, Posición Nacional e
Información.
Las radios y estaciones de televisión en manos del Estado no
presentaban más problema que elegir un interventor que estuviera de acuerdo con
la política reinante. Por lo tanto, el único camino que le quedó a Rodolfo
Walsh para tratar de crear una resistencia popular fue la clandestinidad, con
medios simples pero efectivos.
A tres meses del golpe, reunió a un grupo de periodistas y armó
una extensa red de informantes. Varios lo pagaron con su vida: Eduardo Suárez,
Luis Guagnini entre los periodistas, el conscripto de la Escuela de Mecánica de la Armada Sergio
Tarnopolsky (asistente del teniente de navío, Jorge Acosta, y testigo de
múltiples torturas). Con él desaparecieron sus padres, su hermana de 16 años y
su esposa. La misma suerte corrió Mario Galli, un ex guardiamarina que había
participado en 1972 en el alzamiento de la ESMA en apoyo al regreso de Perón. Su madre y esposa
embarazada también desaparecieron.
Una vez que la red estaba asegurada creó ANCLA. Basada en una
estructura artesanal y alimentada por la información popular, sus cables se
enviaban por correo a las redacciones, a los corresponsales y a publicaciones
internacionales. En ellos había desde testimonios de sobrevivientes a
entrevistas con obreros que relataban la situación dentro de las fábricas.
Además de informes con los procedimientos de las fuerzas especiales de
seguridad, el sistema de defensa de la
ESMA y el aumento de sueldo a los militares.
En paralelo con ANCLA también creó Cadena Informativa que
presentaba algunas diferencias con la primera:
• La escribía Walsh y
no sus colaboradores.
• Constaba de breves
textos, de una o dos carillas fáciles de reproducir.
• Se enviaba a personas
de distintas actividades.
• Aparecía una o dos
veces por mes.
• Mayormente era
entregado en mano.
En una habitación
prestada en algún lugar, que todavía era seguro, un periodista apurado por las
circunstancias tan adversas, dolido por las muertes de su hija Victoria y su
amigo Paco, lee los cables que le llegan clandestinamente y trata de
organizarlos para no faltar a la verdad. De manera pulcra y artesanal redacta
los partes de ANCLA. También escribe cartas. Él tiene que contar lo que pasa,
quiere vencer al terror frente sus narices. Se seca el sudor de la frente y
sigue su labor. Durante sus últimos tres meses de vida no descansó para nada.
Entre sus últimos escritos es imposible soslayar su ya histórica Carta Abierta
de un escritor a la
Junta Militar, la que comienza de esta manera: “La censura de prensa, la persecución a
intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos
queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los
hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber
opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar
ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos
oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen
como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades”.
Este documento cuenta
detalladamente las atrocidades que se cometían contra el pueblo argentino.
También demuestra que además de acabar con la “subversión” las FF.AA venían a
imponer un modelo económico, cuando escribe por ejemplo: “En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la
explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de
seres humanos con la miseria planificada. En un año han reducido ustedes el
salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el
ingreso nacional al 30%, elevado de 6
a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero
para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que
no persisten ni en los últimos reductos coloniales.
Congelando salarios a culatazos mientras los
precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de
reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando
horarios, elevando la desocupación al récord del 9% 12 prometiendo aumentarla
con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los
comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar
los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados
que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron”.
- El
paso a la eternidad.
El viernes 25 de marzo
de 1977 Rodolfo Walsh esperaba comer un asado en su flamante casa de San
Vicente, y a pesar de tanto horror dictatorial celebrar el nuevo hogar y sobre
todo, el nacimiento de su nieto. Su compañera, hija, nieto y yerno se
sorprendieron al estar llegando y no ver el humo del almuerzo, ya que eran
alrededor de las once de la mañana, por el contrario encontraron una casa
bombardeada. Unos momentos antes en el cruce de las avenidas San Juan y Entre Ríos, Walsh daba su
última batalla contra la dictadura, ya no con una máquina de escribir sino con
un viejo 22 en una mano y en la otra su maletín con varios ejemplares de la Carta Abierta.
Parapetado detrás de un árbol recibió las ráfagas de metralla y cayó. Sobre
esos cobardes verdugos poco se sabe pero de Rodolfo Walsh se sabe y mucho.
“…y cuando las ráfagas que sonaban en la
tarde abrieron una llaga incurable en la memoria, el pueblo aprendió que estaba
solo y que debía pelear por sí mismo, y después que las figuras se perdieron en
los límites del parque, el pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear
por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la
astucia y la fuerza, mientras un último golpe lanzaba al querido Walsh del otro
lado de la cerca donde permaneció insensible y un héroe en la mitad del
camino…”(versión alterada del cuento “Un oscuro día de justicia”, 1967, Rodolfo
Walsh)