¡Contra el genocidio
patronal
La estación Avellaneda fue el
escenario donde se ejecutó un nuevo acto genocida por parte del brazo armado de
la clase dominante. Kosteki y Santillán eran los hombres del pueblo que dejaron
su vida en la lucha cotidiana en las barriadas. Su asesinato no fue casual, la vida es el
precio que paga el pueblo por sus ideas y acciones, frente a una minoría que
intentará, como siempre, aplastar cualquier expresión popular ajena a sus
intereses.
Hoy vivimos un falso antagonismo
entre los golpistas (oposición) y la
democracia (oficialismo), sin
embargo ambos fueron cómplices en la
masacre de los compañeros, ambos son parte y fieles representantes de la
patronal que nos explota, hambrea y reprime para garantizar sus beneficios.
Ambos forman parte de la argentina de los derechos humanos que criminaliza la
protesta, demoniza la juventud y persigue a los que luchamos.
¿Hasta cuando la
clase trabajadora pagará con la vida el derecho de una vida digna?
Hoy como hace 9 años la lucha sigue
siendo la misma. La necesidad de organizarnos para enfrentar las injusticias,
para arrancar nuevas conquistas, para forjar a nuestra clase en la tarea
cotidiana que construirá, al calor de las luchas, nuestra herramienta de
organización para derribar de una vez y para siempre este injusto sistema.
Porque lo único que, como trabajadores, nos hace fuerte es nuestra organización,
porque la clase dominante y SU Estado buscarán reprimir, encarcelar y matar a
quienes nos opongamos a esta falsa democracia: de
nada debemos depender sino de nosotros mismos.
Organización obrera y
popular!