NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... CRECEN DESDE EL PIE!

domingo, 25 de noviembre de 2012


Encuentro de debate acerca del GUEVARISMO.

 

El pasado 6 de octubre, en el marco de un nuevo aniversario del asesinato de Ernesto Che Guevara, la agrupación Hombre Nuevo convocó a una jornada de debate a un conjunto de organizaciones. La misma giro en torno a la realidad del guevarismo en la actualidad, su vigencia, métodos de construcción y acumulación política, entre otras cosas.

Desde la organización Monte saludamos la iniciativa en primer lugar porque consideramos oportuno recordar la caída del Che no desde lo anecdótico, sino pensando y debatiendo el presente aferrándonos a lo mejor de su legado, como teoría y practica viva en la construcción del mañana. Por esto nos pareció un espacio fértil para el debate ideológico, para compartir experiencia e inquietudes, y para desentrañar colectivamente una iniciativa por y para la clase hacia el socialismo.

Exponemos a continuación nuestra propuesta.

 

Introducción:

“El partido proletario

Dirige la revolución

Y por eso construirlo

Es nuestra preocupación…”

Negro Santillán PRT.

 

L

a situación que atraviesa nuestra clase nos obliga a replantear algunas certezas con las que nos acostumbramos a analizar la situación política y pensamos es hora de cuestionar estas posturas por esquemáticas y poco científicas.

Seguimos planteando, desde muchas organizaciones, la necesidad de la unidad de la izquierda sin siquiera pensar en lo que significa del termino, ¿es que acaso somos jacobinos?, ¿es que ese termino nos sigue identificando en el marco actual de la lucha de clases?, ¿es posible en este marco de retroceso de la clase en todo el mundo que las organizaciones expresemos otra realidad?

Sin tener la intención de desmoralizar creemos necesario identificar los errores para en colectivo pensar las propuestas que se ajusten a las necesidades y realidad de nuestra clase. Por esto que el encuentro entre organizaciones hermanas es importante para compartir ideas, identificar las coincidencias y crecer intercambiando experiencias.

La etapa.

Al hablar de tareas para la construcción de una alternativa de poder, creemos debemos partir de identificar la situación en la que se encuentra la subjetividad de nuestra clase. Producto de la derrota de la vanguardia obrera y revolucionaria de la última dictadura cívico-militar, y pese a la lucha contra las políticas neoliberales implementadas post 76; no hemos logrado como clase construir una organización revolucionaria.

La lucha por las necesidades básicas insatisfechas, sumado a la falta de tácticas y estrategias concretas, por parte de las organizaciones populares, arrinconó el accionar de nuestras organizaciones, que poco a poco destinamos nuestros esfuerzos a militar por las dadivas que ofrecía un sistema en crisis. La falta de construcción política sólida fue el talón de Aquiles de cientos de organizaciones que hoy nos encontramos disminuidas en capacidad de movilización y convocatoria; producto de un mejoramiento económico que apaciguó las aguas. Este gobierno es lo mejor que pudo darse la burguesía después del cachetazo que le dimos en las puebladas de los 90´, el 19 y 20 de diciembre de 2001 y en las movilizaciones posteriores que sacaron por la ventana al ex presidente Duhalde. Pero no supimos capitalizar esa acumulación en pos de nuestros intereses, perdiendo la iniciativa y en una posición de clara debilidad de la burguesía, otros sectores tomaron la posta construyendo una nueva subjetividad. Creemos que nuestra mayor falencia es producto del cambio de la subjetividad de nuestra clase. Es el estado de conciencia lo que genera que la organización política esta lejos de ser vista como una necesidad por la clase obrera y los asalariados en general, ya que la burguesía logro en estos años imponer una visión de mercado en la que la política es una forma más de prestación de servicios y, en esa dirección, la actuación del Estado y la importancia que las organización populares le dan al trabajo asociado a él, ignorando su carácter de clase. Esto nos pone en la situación en la que nos encontramos con cooptación de la conciencia por parte de un Estado administrado por un proyecto de claro corte bonapartista.

La organización de la clase.

Y si de batallas ideológicas hablamos, nos debemos un análisis dialéctico de las mismas, evitando caer en aislamientos que separen la condición local con la del resto de los pueblos del mundo. Deberíamos preguntarnos ¿por qué?

Sin tener una respuesta definitiva creemos que esta lucha reivindicativa tuvo y todavía tiene un carácter básico y en general limitado a la lucha por mejores condiciones de vida. No se ha podido articular esta lucha defensiva, con otras formas de organización de la clase; para lograr un avance claro en la conciencia. A su vez, muchas veces la repetición de métodos históricos sin considerar los cambios sociales sufridos por los trabajadores en estos años, nos llevan a desgastar herramientas de lucha que terminan sin tener la potencia necesaria, cosa muy común en el caso de los paros del sector estatal. Sin embargo muchos grupos se han ido formando al calor del trabajo territorial, estudiantil y también en el movimiento obrero, entre otros, y han empezado un incipiente pero sostenido trabajo de construcción, que comienza a vislumbrar en el horizonte aportes pequeños pero firmes en el camino de la construcción de herramientas para aportar a la formación de teoría y practicas revolucionarias.

En este sentido, cabe preguntarse por el rol de las experiencias citadas. Si todas las organizaciones presentes coincidimos en valorizar la trayectoria y construcción del PRT, da lugar a preguntarse si esta “nueva cultura militante” es tal o más bien es la revalorización de esas prácticas. La militancia actual tiene que retomar esos antecedentes, adaptándolos a al tiempo presente. La coherencia y la disciplina de un militante guevarista debe ser su mayor capacidad para construir con el ejemplo.

Se hace necesario rescatar su capacidad para desarrollar una política coherente en todos los frentes posibles, sin descartar ninguno. Sólo una fuerte autocritica que parta de identificar con franqueza que grado de inserción tienen nuestros compañeros en los movimientos de masas y que reconocimiento hacen estas de estos compañeros. Si es que son referentes en los lugares en que desarrollan sus tareas, si la modestia y el ejemplo a la hora de realizar tareas es algo por lo que se los identifica, si las masas los reconocen como naturales de esos espacios, si no son vistos como paracaidistas que llegan a hacer “trabajo social”, es lo que nos permitirá desarrollar una efectiva acumulación de fuerzas en el seno de la clase.

Es en este camino, es donde la realidad nos empuja a plantearnos construcciones unitarias y se observa una tendencia a esta forma de trabajo. Esto no es sólo una posición estratégica, sino una necesidad en función del momento que estamos atravesando. La inexistencia de un partido revolucionario, construido por compañeros formados en la práctica y en la teoría, con inserción real en el seno de nuestra clase, nos marca claramente cuáles son nuestras debilidades ante un enemigo que se renueva.

Conclusiones.

Aquí es donde analizamos que todos nosotros, pequeños destacamentos, unidades políticas en expansión, o grupos escindidos de otros espacios, vemos en las otras organizaciones a compañeros revolucionarios y no a enemigos políticos, aquí es donde estamos viendo la unidad en la acción y política tan necesaria.

De nuestra parte proponemos, y nos proponemos, recuperar los cuadros obreros y los cuadros políticos que seguramente conducirán el futuro proceso revolucionario. Apuntemos a mantener una práctica fraterna, profundizando la discusión política, apoyando las coincidencias teóricas y tratando como método de confrontar las ideas con una práctica militante, lo más lejos posible del discusionismo pequeñoburgués. Pero también llevando al seno de las masas el trabajo unitario que ponga esas ideas en práctica, y que esa práctica sea la que confirme o no las posiciones teóricas, sin despreciar una a favor de la otra.

Trabajar hacia la unidad política partiendo de la confianza, el trabajo unitario y la praxis. Teniendo siempre a los compañeros de otras organizaciones como hermanos de clase, tratándolos como lo que son, gérmenes revolucionarios, semillas del partido de la revolución, por lo tanto imprescindibles.

También en nuestra perspectiva, consideramos que es insuficiente la inserción de nuestros grupos en el seno de la clase obrera. Reconociendo que existen compañeros de la izquierda parlamentaria insertos en los sectores industriales pero que transmiten allí una línea partidaria y sectaria, que parecería no responder a la realidad que la clase percibe, tanto en los métodos como en los análisis. Por tal motivo, este es un elemento a desarrollar por todas las organizaciones que pretendan la construcción del socialismo. Llegando con propuestas unitarias, no sectarias, ni partidistas, y permitiendo que los trabajadores desarrollen su conciencia.

Comencemos a formar nuevamente a ese hombre nuevo, a ese militante que fue ejemplo de humildad y fuerza revolucionaria, pero también el mejor compañero y el mejor combatiente al lado del pueblo. Como señalaba el Che o como alguna vez supo construir el viejo PRT.

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