La Organización Monte es un Proyecto político Revolucionario que busca aprender de las mejores experiencias de nuestro pueblo Indo americano en la construcción Socialista (PRIS). Es una expresión colectiva de un conjunto de hombres y mujeres libres, que como tantos otros agrupamientos que trabajan en nuestro territorio, intentamos acumular experiencia en los barrios, lugares de estudio y de trabajo para la gesta de una sociedad sin explotados ni explotadores, en Argentina y América toda.
NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... CRECEN DESDE EL PIE!
jueves, 20 de diciembre de 2012
Aniversario 19 y 20 de diciembre
Tras 11 años de
las puebladas del 19 y 20.
Contexto.
Después
de la dictadura militar, y fuertemente durante la década del 90 la burguesía
financiera internacional concentró su intervención en el mercado local. La
concentración de capital en el mercado interno, generó consecuentemente la
destrucción del modelo productivo, el vaciamiento del patrimonio público, la
marginación y el desempleo masivo. El aumento de la brecha que separa los
empobrecidos de los enriquecidos del sistema llegó a niveles históricos,
generando las puebladas en los diferentes puntos del país que se coronaron en
el 19 y 20 de diciembre del 2001 con la insurrección que tomó alcance nacional
con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores.
A
la burguesía le costó 4 presidentes en el 2001/02 y también un 5to, Eduardo
Duhalde, quien también salió por la ventana luego de las manifestaciones contra
la masacre del puente Pueyrredón, demostrando que la receta política de la
burguesía para el pueblo no tenía nada nuevo que ofrecer. Las organizaciones
que surgieron al calor de las puebladas de los 90, y sus dirigentes, fueron
borrados de un plumazo, bala o corrupción mediante.
Kirchnerismo
Post 2001.
En
este contexto asume el gobierno el, hasta entonces, desconocido Néstor
Kirchner. Si bien el gobierno asumió sin base social propia, cooptó hábilmente
a sectores del "campo popular" que nacieron post dictadura:
desocupados estructurales, marginados, familiares de desaparecidos, e
intelectuales progresistas. Cuando las masas estaban descreídas de las
instituciones burguesas, y el capitalismo no encontraba la paz social necesaria
para restructurar su modelo de acumulación en la argentina, Néstor Kirchner y,
posteriormente, CFK lograron zanjar esta realidad, reciclaron la imagen de las
instituciones burguesas y la credibilidad de estas en amplios sectores del
pueblo, garantizando el modelo de acumulación capitalista que el país vive hace
ya casi 10 años.
En
relación al escenario económico, la asociación absoluta de la burguesía local
con la internacional es un hecho. El proceso de globalización, devoró las
empresas periféricas y concentró al máximo la riqueza. Este proceso dió por
finalizada la búsqueda fructífera de una burguesía nacional, independiente, con
proyecto propio. Su asociación a los grupos empresarios internacionales
imposibilitan esto último.
En
la actualidad el modelo económico argentino se sustenta en una mesa
principalmente de cuatro patas, en la cual se inserta en la economía mundial
como mercado de exportaciones. Con una moneda devaluada como el peso respecto
al dólar actual, resulta no sólo rentable para las patronales exportadoras sino
también barato para las multinacionales que encuentran mano de obra de bajísimo
costo en Argentina. Cerca del 85% de las empresas que explotan en el país son
de capitales internacionales, y dependiendo el rubro, el minero por ejemplo, la
cifra es cercana al 100%. Las 4 patas de esta mesa son principalmente la
industria metalmecánica, mayormente ligada a la producción automotriz y
derivados, la agro industria, soja, maíz, girasol y su elaboración: aceites, la
minera relacionada a la extracción bruta de minerales, y la financiera,
relacionada con los bancos, las líneas de crédito para el consumo, etc. A su
vez, producto de las enormes ganancias obtenidas por este modelo, el rubro de
la construcción aumento considerablemente.
Si
bien la nueva administración tiene tintes progresistas no puede ni quiere
salirse de la raya neo liberal de donde nació. Por un lado reactiva el mercado
interno, y fomenta la producción y el consumo, pero por el otro mantiene una
política de expoliación de los recursos naturales, el régimen financiero de la
dictadura, renueva licencias a las concesiones de empresas estatales,
reestructura la deuda, paga por adelantado al FMI y subsidia y realiza
salvataje a las grandes multinacionales disfrazada de estatizaciones aunque las
mismas no hayan cumplido con el plan de inversiones estipulado.
Sin
embrago, el gobierno ha gestionado con gran habilidad política algunas
reivindicaciones históricas de amplios sectores capitalizándolas para sí. La
políticas implementadas generaron casi 5 millones de puestos de trabajo en los
últimos 8 años que le dió crédito frente a la clase que venia de años de
desocupación, pero el empleo generado esta atravesado por condiciones in
humanas de trabajo, precarización, trabajo en “negro” o regimentado por las
patotas sindicales adictas a la patronal. Todo amparado sistemáticamente por el
Estado mediante su secretarias de trabajo que fallan unilateralmente en favor
de la patronal. Por otro lado mantiene un fuerte discurso atacando por
izquierda a las empresas nacionales o multinacionales que cuestionen al sector
de la burguesía gobernante, pero no se habla de monopolios en el transporte, en
los supermercados, en los productores de alimentos, etc.
Los últimos
tiempos.
Pero
la lucha de clases sigue su curso. En el marco de la crisis financiera
internacional a escala global, ya se comenzaron a sentir los primeros
coletazos. Los topes a las paritarias, la reducción de horas extras, las
condiciones de trabajo, el aumento de los precios es la forma con la que la
patronal busca descansar la crisis sobre los trabajadores para garantizar sus
ganancias. A esto debemos sumarle la interna abierta por la ley de Medios, el
conflicto del gobierno con Clarín, las repercusiones en el arco opositor y la
llegada de un nuevo año electoral. En los últimos meses hemos visto las
movilizaciones impulsadas por algunos medios masivos de comunicación, una
oposición fragmentada de derecha y lo sectores más reaccionarios de la sociedad
que contaban entre sus filas principalmente a capas medias urbanas, con
reclamos variados y poco claros, más ligados a consignas mediáticas que a
cuestiones concretas. La "postal" de estas movilizaciones,
cacerolazos, difería mucho de aquellas del 2001, en las que se veía participar
a diferentes sectores del pueblo, buscando organizarse al margen de la
"casta política", en asambleas barriales y movimientos sociales,
descreyendo de las instituciones que no nos pertenecen, por no defender
nuestros intereses, enfrentando la represión policial que nos dejó alrededor de
cuarenta muertos en las jornadas del 19 y 20 de diciembre. Capitulo aparte
merecen las direcciones sindicales, burócratas que tratan de sacar tajada de
esta coyuntura tomando nuestras legitimas consignas de lucha, llamando a paros
y movilizaciones subestimando la capacidad de organización independiente de los
trabajadores que podemos y debemos presionar para que esto no quede en un mera
tribuna de la oposición para pegarle al gobierno nacional.
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