El país de unos y otros, o el país de
nosotros……
A los
luchadores de los pueblos mineros, a los masacrados en el copamiento de la
tablada, a los compañeros caídos en la dictadura, a la Galle en libertad, a los
que levantan la bandera de justicia y liberación social….
Los palos que machacan las ideas de la clase
dominante. Las voces de los miserables que ocultan verdades, afirman a
conveniencia, buscan engañar. La necesidad de imponer el consenso atraviesa los
diferentes estadios, las diferentes herramientas que tienen los dueños del
poder para tratar de imponer su verdad al pueblo.
Los últimos acontecimientos políticos en la escena
local dan cuenta de como unos y otros toman partido, en función de los
intereses que defienden. Los empleados del oligopolio mediático hacen su
trabajo, algo a lo que nos tienen acostumbrados. Por el otro lado están quienes
desde una supuesta posición vulnerable construyen un discurso en defensa de sus
intereses, en nombre de la verdad y neutralidad. Unos y otros llevan agua para
su molino, y en el medio el pueblo trabajador que sufrimos los engaños, que
vivimos la realidad sin mentiras, que pagamos la inflación sin los redondeos de
Moreno, que marcamos nuestro cuerpo con balas de goma y plomo de las fuerzas de
represión estatal y para estatal, que contaminamos nuestro cuerpo por la
minería contaminante, que dejamos la vida en estos cientos de nuevos puestos de
trabajo irregulares, en negro. Nada de todo eso sale en los medios de
comunicación acaparados por unos o por otros, salvo que eso le sirva, a unos o
a otros en su disputa encarnizada de poder.
Los esclavos solo están en las colonias productoras
agrícolas de algún terrateniente enemigo, no en las fábricas del conurbano que
se militarizan ante la más mínima protesta obrera. La contaminación es
aberrante para el oligopolio cuando se trata de las mineras que causo la
represión de la gobernadora oficialista, pero mudos quedan ante la
contaminación diaria que los pooles de soja degeneran en los cuerpos de los pobladores
acosados por la fumigación de pesticidas que envenena todo a su paso.
¿Qué podemos esperar de un oligopolio que ha
entregado todo a lo largo de su historia en su voracidad del poder? Nada. ¿Qué
podemos esperar de funcionarios públicos que hoy se llenan la boca hablando de
progresismo, derechos humanos, militancia y juventud, cuando en los 90 hicieron
pingües negocios, en los 70 fueron cómplices de la dictadura, funcionarios
otros de la Alianza que nos dejo en la crisis del 2001, y entre los telones aparecieron
como lo nuevo de la mano de Duhalde? Nada. ¿Qué pasa con el sentido critico de
esa juventud, esa militancia que se acerca al kirchnerismo por su costado mas
progresista, que aferran las banderas de la dignidad de los pueblos, pero se
callan ante el encierro de los luchadores, ante la aprobación de la ley
antiterrorista, frente a la represión selectiva cuando se toca el mas mínimo
interés de los poderosos de la argentina?
CFK llama a la paz social, a no enfrentarnos como
argentinos, a profundizar el modelo. Nosotros llamamos a redoblar los
esfuerzos, a luchar por las conquistas históricas, a profundizar el espíritu
critico y enfrentar a los enemigos del pueblo sin importar su procedencia
natal, porque fue el enfrentamiento en defensa de nuestros intereses lo que
generó la Revolución de Mayo, las conquistas laborales, el Cordobazo, la
existencia de organizaciones clasistas, el 19 y 20 de diciembre, el grito de
Alcorta, y tantas otras epopeyas que nuestro pueblo protagonizó en su rica y
vasta historia de lucha.
Solo de nosotros depende fijar nuestro propio
destino, separarnos de los intereses de turno, romper con la hipocresía, la
conveniencia, los compromisos políticos que atentan contra los intereses del
pueblo, fijar la agenda para que el país de unos o de otros deje de existir
para así nacer el país de nosotros.
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