Por otro parte el tope que se le intenta poner a
las paritarias, incluso en algunos casos, como en el de los trabajadores
estatales, la no apertura de las mismas, la aprobación de la ley anti terrorista,
la represión selectiva cuando se toca el mas mínimo interés de las grandes
corporaciones, son muestras de un gobierno que hace los deberes que las
multinacionales exigen: marco jurídico, paz social, mercado barato y garantías
del Estado.
En la lógica discursiva del oficialismo se trata de
contrastar entre los acontecimiento en Europa, producto de la crisis, con los
que sucede acá. Sin embargo hay algunas características comunes, sobre todo con
aquellos países, como el caso de Alemania, que muestran claramente porque la
crisis se manifiesta de esta manera. Durante el periodo previo a la crisis del
2001, con los sindicatos vaciados, las empresas apretando fuerte a los
trabajadores y pauperizando las condiciones de vida, sumado a la complicidad del Estado, se marco a
fuego cuales serian las reglas de juego a futuro en capitalismo local. La
crisis desatada producto de la miseria generalizada, la falta de empleo y la
crisis de representatividad política generó un clima de descontento social,
incluso poco conveniente para las grandes corporaciones. El escenario político
era complejo, pero con la devaluación, el crecimiento económico por la venta de
materias primas, un mercado laboral barato en su mano de obra, fragmentado en
su cuerpo sindical y cooptado por la burocracia, generaciones de trabajadores
sin empleo que tenían la necesidad de trabajar a cualquier precio y en
cualquier condición, sumado a un gran numero de trabajadores aun sin empleo que
fueron cubiertos por las dadivas del Estado; el capitalismo en la argentina fue
rencontrando su cause. Las corporaciones hallaron un mercado barato, “dosil”,
un Estado que hacia los deberes, que invertía en infraestructura para
garantizar sus inversiones. En este marco la avalancha de inversiones
extranjeras no tardo en llegar, la concentración de capital por la fusión de un
sin numero de empresas, antes de capitales locales, generó la monopolización de
gran cantidad de rubros, y el empleo, producto de la inversión, también fue en
aumento. No obstante no debemos desatender que tipo de empleo, en qué
condiciones. Claramente las condiciones laborales a las que somos sometidos
nada tienen que ver con las que tienen los obreros en las casas matrices. El
aumento del empleo en negro, hoy situado por muchas consultoras por encima del
40%, el trabajo tercerizado, contratos temporales, etc. forman parte del nuevo
pacto social. Ejemplo de esto son el sin numero de conflictos, algunos de
alcance nacional como el de KRAFT, FATE, Ferrocarril Roca, Docentes de Santa
Cruz, por citar tan solo unos pocos, que tienen como característica común la
lucha por lo imprescindible: cese de despidos por precarización, mejores
condiciones laborales, pago de sueldos, etc.
Por ultimo, a la intervención del Estado para garantizar las ganancias
de las empresas podríamos sumarle el subsidio a las empresas, incluso Casinos,
Bancos, etc, aun, como dijimos en el Sendas anterior, cuando forma parte de una
medida para garantizar la estabilidad de fuentes de empleo como el REPRO.
Con todo esto queremos decir que, como el mercado
local es sumamente rentable para las empresas, las casas matrices destinan su
producción acá, como al resto de la región, inclusos cerrando las fábricas de
su país de origen, para abaratar costos, salvar la tasa de ganancia y renviar
las ganancias a los países de origen. Algo muy similar a lo que sucedía con los
enclaves productivos, las llamadas republicas bananeras, de principios del
siglo 20. El rol del Estado, lejos esta de ser el de un Estado regulador y protagonista de la economía
local, como quizá pudo ser el de la primera presidencia de Perón, con una
administración fuerte, gestionando los resortes estratégicos de la economía
local. Mas bien podríamos decir que es socio menor de las corporaciones, en el
entendido de que como éstas están ganando lo que nunca ganaron aquí, y por las
características de la administración de turno, la participación en la torta es
un tanto mayor que en épocas de Menem, Alfonsín y De La Rúa. Desde aquí se
justifica la intervención del Estado en el paquete accionario que tiene en las
distintas empresas, y que por supuesto tanto molesta a las corporaciones, como
en el caso del conflicto con el grupo Techin.
Algunos
cambios.
Desde el punto de vista económico las nuevas
medidas en el marco de la ”Sintonía Fina”, no son mas que ajustes en las
cuentas del Estado que muestra algunos índices de que la abundancia no es para
siempre. Grave apriete hubiese sufrido si la sequia que amenazaba fuertemente
la cosecha de soja y trigo se concretaba. Las lluvias no solo tranquilizaron
los bolsillos de la oligarquía sino de los fondos públicos que sacan la renta
vital para el presupuesto.
Las restricciones impuestas a la compra de dólares
tiene como objetivo mantener la liquidez del mercado interno, ante una
tendencia de fuga de capitales en aumento debido a la ya nombrada economía
extranjerizada. Sumada a la siempre presente especulación financiera de los
bancos y tenedores de dólares que juegan con el aumento de la moneda
estadounidense.
Por el lado de las libertades democráticas la cosa
se esta poniendo cada vez mas contradictoria. Si bien para un sector grande de
nuestro pueblo el gobierno representa los intereses de los DDHH, en el último
tiempo la represión estatal y para estatal se hizo presente cuando los dueños del
poder lo precisaron. Esto genera incluso algunos cuestionamientos en la propia
base social del kirchenerismo, ya que a la vista se observa la represión en
Catamarca, las patotas a los docentes de Santa Cruz por parte de la UOCRA
dirigida por Gerardo Martinez, dirigente cercano al gobierno nacional, e
incluso la que ataco a los docentes porteños ante la ausencia cómplice de la
Federal y la Policía Metropolitana. Debemos señalar que estamos en presencia de
un vínculo absoluto entre las barras de futbol y los punteros políticos. Las
mafias son la fuerza de choque para estatal, cuando no son los matones de los
sindicatos, mas usados en este momento para hacer el trabajo sucio que la
policía no puede hacer, debido al costo político que esto significaría. El asesinato
de Mariano Ferreyra en manos de la barra de Defensa y Justicia, la masacre en
el Indo Americano por los barras de Huracán y Boca, a los docentes porteños por
parte de los barras de Racing y Boca son algunos de los ejemplos. Pero a su vez
las fuerzas de seguridad siguen cumpliendo su función represiva. Las
represiones por el tema minero, junto con la de los ex veteranos de la guerra
de Malvinas muestran claramente cual es la función de las fuerzas enemigas del
pueblo. Parece que mantener las calles libres y limpias para la circulación
vale mas que el motivo de la manifestación para la ministra de seguridad Garre.
En ultima instancia, no podemos dejar de nombrar la ley antiterrorista, un
claro ejemplo de como el gobierno hace los deberes del G20. Pese a que dicen no
perseguir la protesta social, en lo concreto esta ya fue usada en el marco del
conflicto minero, y sabemos bien que significa este tipo de legislación en una
justicia plagada de funcionarios que vienen de la dictadura, que no dudan en
aplicar la legislación represiva.
Perspectiva.
La agenda que viene es muy complicada. El ajuste de
tuercas por parte de la patronal en crisis y de un gobierno que esta haciendo
los deberes del empresariado dan muestras de que hay poco margen. Los
conflictos en esta época de paritarias se irán dando en los diferentes gremios.
Las elecciones en la CGT dará que hablar, y moverá algunas piezas a favor y
otras en contra de los trabajadores en la disputa de poder.
La lucha por las libertades democráticas deben ser
una tarea gris y constante ante un Estado que viene quitando medidas históricas
ganadas por el pueblo. Sin embargo la necesidad de generar un trabajo de
acumulación lento, sin exponer a los mejores compañeros, sin confrontar
abiertamente ante una situación de debilidad como la que estamos viviendo puede
ser una táctica oportuna en una estrategia de largo aliento. Quizá no logremos
la mejor paritaria, quizá no tengamos las mejores condiciones de estudio, de
trabajo o de vivienda, sin embargo la necesidad de seguir construyendo un
entramado subterráneo, lento, que fortalezca una construcción con visión a
futuro puede ser el camino que nos de mayor cuerpo en las peleas del mañana.
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