En este mundo, la humanidad vive inmersa en una
terrible crisis económica. No por escasez de recursos, sino más bien por el
colapso de superproducción capitalista que pone en serio riesgo su capital
corporativo. Es el mundo de las “democracias” en medio de una enorme depresión
económica, donde los estados regalan a los banqueros y los capitalistas
estafadores billones de dólares entregados con absoluta impunidad; con el costo
de que millones de niños mueran de hambre y pestes que estos gordos señores no
padecen y sin embargo son y han sido los causantes de este
desastre.
Ya en el año 2006, el 2% del mundo poseía el 50% de
la riqueza mundial. Sin embargo quieren más. Acá abajo el 50% poseemos sólo el
1% de los dineros del mundo, y 900 millones de seres humanos hoy viven en la
pobreza extrema.
¿Qué han hecho las burguesías a cargo de las
democracias en el mundo? Lejos de ocuparse de los pobres han construido estados
cada vez más autoritarios, totalmente controlados con leyes e instituciones
fascistas, vigilándonos con cámaras de video, usando los satélites con fines
policiales, y los medios de difusión para imponer un discurso único e impedir
que los que sufrimos todas estas vejaciones nos organicemos y seamos, como
seguramente seremos, sus enterradores.
¿Por qué se comportan de esta manera? Porque la
tendencia económica mundial anuncia el cercano fin de la sociedad
capitalista.
Veamos:
· La competencia, la
concentración y el monopolio.
· La socialización de la
producción.
· La caída de la tasa
promedio de ganancia a escala mundial.
· El crecimiento de la composición orgánica del
capital, es decir la disminución de la fuerza
viva del trabajo físico que produce plusvalía y su sustitución por medio de
máquinas (hoy día computadoras, robots o nanobots) que ni consumen ni realizan
capital. Esto conduce a la anarquía de la producción capitalista. Esto conlleva
al aumento del capital parasitario o financiero.
· El incremento de los períodos de crisis
económica, de desorden político, depresión y recesión.
· Emisión irresponsable de monedas sin respaldo por
la derogación de las leyes de regulación financiera.
· La explosión geométrica de la pobreza progresiva
de los trabajadores, de los excluidos y los desempleados a nivel mundial.
· El creciente aumento de la lucha de clases y las
guerras preventivas, de conquista o revolucionarias.
El simple estudio de la situación mundial, de los
“estados fallidos”, la “posmodernidad”, y el “nuevo orden mundial” podrían
verificar fácilmente esta tendencia y latencia del orden burgués a nivel global.
Esta situación sólo puede terminar y revertirse con
la desaparición y aniquilación del capitalismo, lo que no implica su caída
inmediata como anuncian algunos. La salida de esta crisis puede ser o bien
revolucionaria hacia otro sistema económico productivo, o una tercera guerra
mundial que funcione como válvula de escape a la crisis de superproducción
capitalista como fueron las dos anteriores.
Las guerras actuales de una manera o de otra tienen
como protagonista principal o secundario a EEUU bajo el lema de “dominio de
pleno espectro”. Resulta evidente que no sólo las ideas, la moral, la ideología
y la religión hegemónicas les pertenecen a las respectivas clases dominantes,
sino que las mismas no aceptan ni permiten otra verdad que no sea la del sistema
en el poder.
Por ello podemos afirmar que la principal debilidad
que tienen es precisamente la verdad y que no hay temor más grande en estas
clases dominantes que el despertar político de las más amplias masas, de los
trabajadores y explotados.
El mundo se mueve y la burguesía
tiembla.
Hace años que entre Europa del Norte y Europa del
Sur hay una gran desigualdad en economías y poderes. Grecia, España, Portugal e
incluso el Sur de Italia forman una periferia que siempre está endeudada con los
países del Norte. El Sur estaba clasificado como un lugar de turismo, de
segunda, donde no se desarrollaron profundamente las fuerzas productivas
industriales y agrícolas. Economías desequilibradas, dependientes del flujo de
turistas e inversores del Norte, en especial inversión inmobiliaria. Cuando se
produce la crisis global estas deudas y estas dependencias tienen en estos
países un impacto mayor. La hipocresía de los ricos países del Norte hace que
los acusen de ser los culpables sin hacerse cargo, como siempre, del papel que
juegan las burguesías en estas crisis. Ambos pueblos pagarán la culpa con más
impuestos, reducciones de salarios, aumento en la edad de jubilación, más
despidos, más precarización para subvencionar la deuda de las burguesías. Bajo
el sistema imperante se resuelven las pérdidas cargándolas sobre las espaldas de
los trabajadores.
El problema que tienen ahora es la creciente
resistencia de los pueblos a estos nefastos planes. Como veníamos informando en
anteriores publicaciones, en Grecia ya hubo 7 paros generales en lo que va del
año. En España las medidas de fuerza desbordan la intención de la burocracia de
la CGT de patear por
tiempo indefinido una medida de fuerza nacional. En Irlanda, Italia, Portugal,
pero también en Francia y Alemania comienza a moverse el proletariado, a
organizar huelgas y marchas, a preocupar a los gobiernos y sus aliados
patronales.
Asia también se mueve
Mientras, en China la clase obrera ha ido a la
huelga masiva en contra de la superexplotación a la cual se la somete. Así
consiguieron aumentos que llegan al 30% en muchos
casos.
Esto se inició en la empresa Foxconn que es la
mayor proveedora de material electrónico de todo el mundo con más de 400mil
obreros y produce Iphone, Ipods, para Apple, ordenadores y teléfonos móviles
para Nokia, Bell y Sony. En estas empresas producto de trabajo esclavo murieron
varios obreros, ocasionando un escándalo nacional con huelgas y abandonos del
puesto de trabajo allí y también en fábricas como Hyundai, Honda y
Toyota.
Mientras la clase obrera disminuye en Europa y EEUU
en China aumenta diariamente con los inmigrantes del campo. Los burócratas
chinos están sometidos a una inmensa presión por la enorme desigualdad entre los
obreros industriales de zonas costeras y los campesinos del interior del
país.
China salió de la pobreza al precio de una corrupta
y radical privatización, disminución de servicios de sanidad y educación,
degradación ambiental, creación de una elite burguesa inmensamente rica y la
obstrucción de los avances cívicos y democráticos que se habían obtenido durante
la revolución socialista. Todo esto en el marco de las relaciones carnales con
la burguesía imperialista norteamericana y su
gobierno.
Mientras tanto en la vecina Kirguistán se viven las
internas existentes dentro del imperialismo. La importancia de este pequeño país
es geoestratégica, debido a su cercanía con Afganistán y la posibilidad
operativa que da la base militar de este territorio. Hace un par de años asumió
el poder político del país Kurmanbek Bakiyev, financiado por EEUU y abiertamente
pro norteamericano, al tiempo que existe una oposición, liderada por
Rosa
Otunbáeva bancada
directamente por Rusia que enfrenta los intereses yanquis. Esta oposición tomo
el poder en gran parte del territorio, excepto en la zona donde esta la base
aérea norteamericana en la que se encuentra el presidente. Esta situación
explosiva compromete todas las operaciones de la OTAN en Afganistán y eventualmente en
Irak e Irán.
Esta zona candente juega un rol fundamental dentro
del mapa geopolítico internacional. Las relaciones entre Israel e Irán se tensan
al máximo. El movimiento de tropas por parte de EEUU hacia la zona de Afganistán
sigue la misma dirección. Las violaciones a los tratados internacionales por
parte de Israel es permanente, ejemplo de esto es el ataque a los barcos de
ayuda humanitaria de Turquía. Pese a que históricamente las relaciones entre
estos países siempre fueron buenas, bajo el paragüas estratégico de EEUU, Israel
no dudo en atacar para sostener el bloqueo en la franja de Gaza. Hace tiempo que
existe un nuevo actor en este escenario, Brasil que se promociona como
sub-imperio de America, se metió de lleno en el conflicto. Su cercanía con Irán
tiene varios objetivos, resolver su problema de abastecimiento nuclear y
mantener cierta independencia de EEUU en el control de la región
sudamericana.
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