HAITI: PLATAFORMAS MILITARES EN LA “AYUDA HUMANITARIA”
Por: Juan
Carrizo
Resulta imposible no asociar el
desembarco de las tropas norteamericanas, la disputa con el gobierno de Francia,
y la anterior y actual ocupación de las MINUSTAH, con los movimientos
geopolíticos del imperialismo Norteamericano en la región.
Seguramente el tratado
Washington-Bogota que diera inicio al proyecto de instalar 7 bases militares en
Colombia es el mas recordado, pero no el único en el marco de un sin numero de
bases que los Estados Unidos tienen en el mundo en general y en su patio
trasero, Indo America, en particular. Continuando con la doctrina Monroe que
caracterizo a los EEUU en la intento de dominación de toda America, las
sucesivas administraciones del ejecutivo norteamericano ratificaron la política
militarista sobre la región incluyendo al actual administración Obama. Si bien
en los últimos años se observaron el desmantelamiento de algunas bases militares
como la de Panamá en 1999 conocida como Howard en donde funcionaba el Comando
Sur del Ejercito de los EEUU (SouthCom) debido al tratado firmado en 1977
Carter- Torrijos, o la base situada en la isla de Vieques, Puerto Rico, llamada
Roosevelt Roads desmantelada luego de varias movilizaciones masivas del pueblo
boricua, o la de Manta, Ecuador, luego de la no renovación por parte del
gobierno ecuatoriano en el 2009; continúan en la región funcionando más de 13
bases militares norteamericanas, de las 865 que hay en el mundo.
El avance tecnológico militar da
origen a un nuevo modelo de táctica militar en el cual dejan de ser necesarios
las grandes bases militares y sustituidos por eficientes, sofisticados y
dinámicos Centros Operativos de Avanzada, que no son otra cosa que plataformas
militares de despliegue rápido equipadas con pocas unidades de soldados, pero
una gran maquinaria militar como radares de ultima generación, antenas
satelitales, aviones espías, drones de vigilancia, etc. Esta nueva táctica
permite un mayor número de bases, con menor costo de traslado de fuerzas, mayor
eficiencia de desplazamiento, control y vigilancia a fin de hacerse de objetivos
en el menor tiempo posible.
La doctrina Monroe no dejo de
ejecutarse y los pueblos Indo Americanos venimos sufriendo las consecuencias.
Terminada la Guerra
Fría los golpes a Haití y los 10 años de Plan Colombia fueron
quizá las intervenciones mas resonantes, pero desde la no renovación de la base
de Manta en el 2009 al mes la respuesta fue la reactivación de la 4ta Flota
ausente en el escenario desde fines de la segunda Guerra Mundial (1948), y el
desplazamiento de la base de Manta a Palanquero, Colombia. Tres meses mas tarde,
junio del 2009, se produce el golpe de estado al terrateniente liberal Zelaya en
Honduras por medio de la base militar yankee de Soto Cano en la mismísima tierra
hondureña, en agosto el anuncio de las 7 bases militares que tiene a la
administración colombiana como protagonista nuevamente, y ya para octubre la
noticia del presidente panameño Ricardo Martinelli sobre la construcción de 4
bases militares norteamericanas.
Iniciado el año 2010 fue el
terremoto en Haití el mejor pretexto para que vía “ayuda humanitaria” el
gobierno norteamericano desplegué todo su aparato militar: un buque de asalto
anfibio, barcos de desembarco Fort McHenry y USS Carter Hall, un portaaviones
Carl Vinson, 15 buques, helicópteros de los Guardacostas y otros navíos
militares, asegurando su ocupación en la isla. El control total del
aeropuerto y lugares estratégicos por parte de las tropas de EEUU, impidió desde
el desastre hasta la fecha el aterrizaje de varios aviones con equipamiento
médico, entre otros. En un país donde los precios del agua y de los productos de
primera necesidad han aumentado sensiblemente, el despliegue de más de 20.000
soldados norteamericanos que se suman a las tropas de MINUSTAH nos es casual.
Las condiciones de vida del pueblo haitiano pueden detonar un gran estallido
como ya ocurrió luego del terremoto en Managua (Nicaragua) en el año 72 o el de
la ciudad de México con una gran organización y fuerza por parte del pueblo por
la falta de atención del gobierno Federal. Pero también en la revisión histórica
del actuar del imperialismo norteamericano, no hay que olvidar que utilizaron el
pretexto de intervención humanitaria para establecer bases militares en Kosovo,
y en la fragmentación de Yugoslavia aprovecharon para intervenir quebrando el
país y consiguiendo un pedazo de territorio en la parte separatista de Kosovo.
Una vez más queda claro cuales son los intereses del
imperialismo en la región. Un imperialismo que se encuentra en franca crisis y
que tiende a la vía militar como válvula de escape en el negocio de la guerra
que, no solo es útil para reprimir la organización de los pueblos, sino para
oxigenar su asfixiada economía a escala mundial.
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