A 37 años del golpe: los compañeros desaparecidos viven en cada lucha
del pueblo.
Hace
cuatro décadas los sectores populares en argentina, al igual que en el resto de
la región, expresaban en sus organizaciones revolucionarias la madures política
alcanzada como para lograr una alternativa al sistema capitalista, dando
batalla en todos los terrenos e insertos en frentes sindicales, estudiantiles y
barriales. Más allá de la tendencia política a la que perteneciera, el
Socialismo se presentaba como única variable para resolver los problemas de
raíz para los trabajadores y el pueblo de nuestra América y el mundo. Esta es
la raíz fundamental por la que el imperialismo y sus socios menores locales
planificaron el exterminio masivo de los activistas revolucionarios, para
destruir la organización independiente de nuestra clase, e imponer a fuego el
nuevo esquema socio económico que aun hoy padecemos a diario.
Hoy 37
años después de la caída de quienes enfrentaron la dictadura genocida,
retomamos su ejemplo, su entrega hasta la muerte por la libertad, dispuestos a
llevar la lucha hasta las últimas consecuencias contra la los enemigos del
pueblo: la burguesía, el aparato represivo del Estado y sus voceros. Después de
haber sufrido un genocidio, consideramos necesario levantar las banderas y ser
continuadores del legado de nuestros compañeros, esos 30 mil que desaparecieron
físicamente, pero que viven en cada lucha del pueblo. Actualmente cuando ciertas
categorías como Revolución, Socialismo, Anticapitalismo o Antimperialismo se
encuentran distorsionadas y hasta parte de nuestro pueblo ha dejado de creer en
la posibilidad de una revolución en Argentina y el mundo, creemos fundamental
rescatar las experiencias y el legado ideológico para dar un salto que
cuestione al sistema de raíz. Porque no se trata de resolver algunas de las
heridas que nos legó desde el golpe el Neoliberalismo cambiando el modelo, ni
sumarse a proyectos progresistas que no nos pertenecen, ya que los
protagonistas de los mismos no es la clase trabajadora, sino un sector de la
clase dominante que se beneficia económicamente con las medidas impulsadas
desde el Estado.
En este
tiempo, cuando la movilización, lucha y resistencia de nuestra clase logra
imponer otro tiempo político, donde las luchas toman otro carácter y debemos
profundizar nuestra organización por los derechos conseguidos y los que debemos
lograr, debemos tener presente que ello es la escuela que va formando a
nuestros compañeros. Por esto, que ante
cualquier atajo oportunista que se nos quiera plantear, el qué hacer de los
trabajadores esta en la construcción paciente de una organización donde la
clase sea protagonista como motor indispensable, capaz de cambiar el injusto
orden social existente, a favor de una sociedad libre, justa y soberana.
Por los derechos humanos de ayer
y de hoy.
Por el desprocesamiento y
libertad de los perseguidos políticos.
Todo para el Pueblo, nada para la deuda externa fraudulenta e ilegítima.
Todo para el Pueblo, nada para la deuda externa fraudulenta e ilegítima.
Por la unidad de los que luchan.
Por la reconstrucción de un
proyecto revolucionario.
Organización MONTE
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