NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... CRECEN DESDE EL PIE!

domingo, 24 de marzo de 2013

Aniversario 24 de Marzo


A 37 años del golpe: los compañeros desaparecidos viven en cada lucha del pueblo.

Hace cuatro décadas los sectores populares en argentina, al igual que en el resto de la región, expresaban en sus organizaciones revolucionarias la madures política alcanzada como para lograr una alternativa al sistema capitalista, dando batalla en todos los terrenos e insertos en frentes sindicales, estudiantiles y barriales. Más allá de la tendencia política a la que perteneciera, el Socialismo se presentaba como única variable para resolver los problemas de raíz para los trabajadores y el pueblo de nuestra América y el mundo. Esta es la raíz fundamental por la que el imperialismo y sus socios menores locales planificaron el exterminio masivo de los activistas revolucionarios, para destruir la organización independiente de nuestra clase, e imponer a fuego el nuevo esquema socio económico que aun hoy padecemos a diario.

Hoy 37 años después de la caída de quienes enfrentaron la dictadura genocida, retomamos su ejemplo, su entrega hasta la muerte por la libertad, dispuestos a llevar la lucha hasta las últimas consecuencias contra la los enemigos del pueblo: la burguesía, el aparato represivo del Estado y sus voceros. Después de haber sufrido un genocidio, consideramos necesario levantar las banderas y ser continuadores del legado de nuestros compañeros, esos 30 mil que desaparecieron físicamente, pero que viven en cada lucha del pueblo. Actualmente cuando ciertas categorías como Revolución, Socialismo, Anticapitalismo o Antimperialismo se encuentran distorsionadas y hasta parte de nuestro pueblo ha dejado de creer en la posibilidad de una revolución en Argentina y el mundo, creemos fundamental rescatar las experiencias y el legado ideológico para dar un salto que cuestione al sistema de raíz. Porque no se trata de resolver algunas de las heridas que nos legó desde el golpe el Neoliberalismo cambiando el modelo, ni sumarse a proyectos progresistas que no nos pertenecen, ya que los protagonistas de los mismos no es la clase trabajadora, sino un sector de la clase dominante que se beneficia económicamente con las medidas impulsadas desde el Estado.

En este tiempo, cuando la movilización, lucha y resistencia de nuestra clase logra imponer otro tiempo político, donde las luchas toman otro carácter y debemos profundizar nuestra organización por los derechos conseguidos y los que debemos lograr, debemos tener presente que ello es la escuela que va formando a nuestros compañeros. Por esto, que ante cualquier atajo oportunista que se nos quiera plantear, el qué hacer de los trabajadores esta en la construcción paciente de una organización donde la clase sea protagonista como motor indispensable, capaz de cambiar el injusto orden social existente, a favor de una sociedad libre, justa y soberana.

Por los derechos humanos de ayer y de hoy.

Por el desprocesamiento y libertad de los perseguidos políticos.
Todo para el Pueblo, nada para la deuda externa fraudulenta e ilegítima.

Por la unidad de los que luchan.

Por la reconstrucción de un proyecto revolucionario.

 
Organización MONTE

jueves, 20 de diciembre de 2012

Sendas Guevaristas Noviembre 2012

Aniversario 19 y 20 de diciembre


Tras 11 años de las puebladas del 19 y 20.

Contexto.

Después de la dictadura militar, y fuertemente durante la década del 90 la burguesía financiera internacional concentró su intervención en el mercado local. La concentración de capital en el mercado interno, generó consecuentemente la destrucción del modelo productivo, el vaciamiento del patrimonio público, la marginación y el desempleo masivo. El aumento de la brecha que separa los empobrecidos de los enriquecidos del sistema llegó a niveles históricos, generando las puebladas en los diferentes puntos del país que se coronaron en el 19 y 20 de diciembre del 2001 con la insurrección que tomó alcance nacional con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores.

A la burguesía le costó 4 presidentes en el 2001/02 y también un 5to, Eduardo Duhalde, quien también salió por la ventana luego de las manifestaciones contra la masacre del puente Pueyrredón, demostrando que la receta política de la burguesía para el pueblo no tenía nada nuevo que ofrecer. Las organizaciones que surgieron al calor de las puebladas de los 90, y sus dirigentes, fueron borrados de un plumazo, bala o corrupción mediante.

Kirchnerismo Post 2001.

En este contexto asume el gobierno el, hasta entonces, desconocido Néstor Kirchner. Si bien el gobierno asumió sin base social propia, cooptó hábilmente a sectores del "campo popular" que nacieron post dictadura: desocupados estructurales, marginados, familiares de desaparecidos, e intelectuales progresistas. Cuando las masas estaban descreídas de las instituciones burguesas, y el capitalismo no encontraba la paz social necesaria para restructurar su modelo de acumulación en la argentina, Néstor Kirchner y, posteriormente, CFK lograron zanjar esta realidad, reciclaron la imagen de las instituciones burguesas y la credibilidad de estas en amplios sectores del pueblo, garantizando el modelo de acumulación capitalista que el país vive hace ya casi 10 años.

En relación al escenario económico, la asociación absoluta de la burguesía local con la internacional es un hecho. El proceso de globalización, devoró las empresas periféricas y concentró al máximo la riqueza. Este proceso dió por finalizada la búsqueda fructífera de una burguesía nacional, independiente, con proyecto propio. Su asociación a los grupos empresarios internacionales imposibilitan esto último.

En la actualidad el modelo económico argentino se sustenta en una mesa principalmente de cuatro patas, en la cual se inserta en la economía mundial como mercado de exportaciones. Con una moneda devaluada como el peso respecto al dólar actual, resulta no sólo rentable para las patronales exportadoras sino también barato para las multinacionales que encuentran mano de obra de bajísimo costo en Argentina. Cerca del 85% de las empresas que explotan en el país son de capitales internacionales, y dependiendo el rubro, el minero por ejemplo, la cifra es cercana al 100%. Las 4 patas de esta mesa son principalmente la industria metalmecánica, mayormente ligada a la producción automotriz y derivados, la agro industria, soja, maíz, girasol y su elaboración: aceites, la minera relacionada a la extracción bruta de minerales, y la financiera, relacionada con los bancos, las líneas de crédito para el consumo, etc. A su vez, producto de las enormes ganancias obtenidas por este modelo, el rubro de la construcción aumento considerablemente.

Si bien la nueva administración tiene tintes progresistas no puede ni quiere salirse de la raya neo liberal de donde nació. Por un lado reactiva el mercado interno, y fomenta la producción y el consumo, pero por el otro mantiene una política de expoliación de los recursos naturales, el régimen financiero de la dictadura, renueva licencias a las concesiones de empresas estatales, reestructura la deuda, paga por adelantado al FMI y subsidia y realiza salvataje a las grandes multinacionales disfrazada de estatizaciones aunque las mismas no hayan cumplido con el plan de inversiones estipulado.

Sin embrago, el gobierno ha gestionado con gran habilidad política algunas reivindicaciones históricas de amplios sectores capitalizándolas para sí. La políticas implementadas generaron casi 5 millones de puestos de trabajo en los últimos 8 años que le dió crédito frente a la clase que venia de años de desocupación, pero el empleo generado esta atravesado por condiciones in humanas de trabajo, precarización, trabajo en “negro” o regimentado por las patotas sindicales adictas a la patronal. Todo amparado sistemáticamente por el Estado mediante su secretarias de trabajo que fallan unilateralmente en favor de la patronal. Por otro lado mantiene un fuerte discurso atacando por izquierda a las empresas nacionales o multinacionales que cuestionen al sector de la burguesía gobernante, pero no se habla de monopolios en el transporte, en los supermercados, en los productores de alimentos, etc.

Los últimos tiempos.

Pero la lucha de clases sigue su curso. En el marco de la crisis financiera internacional a escala global, ya se comenzaron a sentir los primeros coletazos. Los topes a las paritarias, la reducción de horas extras, las condiciones de trabajo, el aumento de los precios es la forma con la que la patronal busca descansar la crisis sobre los trabajadores para garantizar sus ganancias. A esto debemos sumarle la interna abierta por la ley de Medios, el conflicto del gobierno con Clarín, las repercusiones en el arco opositor y la llegada de un nuevo año electoral. En los últimos meses hemos visto las movilizaciones impulsadas por algunos medios masivos de comunicación, una oposición fragmentada de derecha y lo sectores más reaccionarios de la sociedad que contaban entre sus filas principalmente a capas medias urbanas, con reclamos variados y poco claros, más ligados a consignas mediáticas que a cuestiones concretas. La "postal" de estas movilizaciones, cacerolazos, difería mucho de aquellas del 2001, en las que se veía participar a diferentes sectores del pueblo, buscando organizarse al margen de la "casta política", en asambleas barriales y movimientos sociales, descreyendo de las instituciones que no nos pertenecen, por no defender nuestros intereses, enfrentando la represión policial que nos dejó alrededor de cuarenta muertos en las jornadas del 19 y 20 de diciembre. Capitulo aparte merecen las direcciones sindicales, burócratas que tratan de sacar tajada de esta coyuntura tomando nuestras legitimas consignas de lucha, llamando a paros y movilizaciones subestimando la capacidad de organización independiente de los trabajadores que podemos y debemos presionar para que esto no quede en un mera tribuna de la oposición para pegarle al gobierno nacional.

 A en diciembre del 2001 no estuvimos preparados para buscar una salida propia de los trabajadores, si bien hay condiciones que han cambiado, la realidad de fondo sigue siendo la mismas: patrones que se enriquecen como nunca antes en la historia a costa de explotarnos todos los días, dirigentes que dicen que tenemos que ser nosotros quienes debemos hacer el esfuerzo para que esta argentina siga creciendo y nuestra clase que aun esta huérfana de una organización revolucionaria que exprese unitariamente la realidad y proyecciones que tenemos las mayorías para la construcción de una sociedad más justa. Quienes nos reivindicamos hijos de aquellas gestas populares debemos profundizar el trabajo común, avanzar en la organización popular en los barrios, lugares de estudio y de trabajo para ir forjando una nueva plataforma que nos permita enfrentar con más fuerza los planes de nuestro enemigo.

 

Organización MONTE